En vísperas de los acontecimientos que se han estado dando
desde que el mandatario Donald Trump tomó la presidencia de los Estados Unidos,
miles de personas han alzado sus voces, protestando en contra de la llegada de
este magnate empresarial al mundo de la política.
Esta situación ha generado gran revuelto y protestas, con
el fin de lograr la destitución de Trump. Las acciones políticas que este señor
ha impuesto las considero anti institucionales; viola la ley día con día, y
viola los derechos humanos. A través de un discurso populista propone medidas
de “seguridad nacional”, justificando así la violencia estructural, el racismo
y la xenofobia. La senadora demócrata Dianne Feinstein asegura que Donal Trump
pronto renunciará a su cargo sin tener que ser destituido. A mi parecer es casi
profética la declaración de la senadora, si llegara a suceder sería lo mejor
que le podría pasar a Estados Unidos, a México y al resto del mundo.
La reforma de ley migratoria que recientemente entro en
vigor y que ha afectado a miles de familias mexicanas, pretende expulsar a más
de dos millones de indocumentados, para lo cual ha ordenado la búsqueda y
persecución de mexicanos que residen ilegalmente
en Estados Unidos, concentrándose en estados dónde la población de latinos
representa a la mayoría de la población, como en: California, Texas, Florida y
Nueva Jersey. Miles de personas han sido deportadas y despojadas de sus bienes,
los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos tampoco son la excepción.
Muchos mexicanos han comenzado a abrir cuentas bancarias en México para
transferir y asegurar sus ahorros, muchos están tramitando la nacionalidad
mexicana para sus hijos en caso de una posible deportación y así evitar la
separación familiar, incluso, se ven obligados a vender sus bienes.
Trump ha llegado para convertirse en el estandarte perfecto
para legalizar y normalizar la violencia racial y cultural, en una sociedad ya
de por sí intolerante y racista desde las raíces de su historia.
Grupos de extrema derecha como los “Ku Klux Klan”, se han
levantado y están proclamando condenas e insultos en contra de la población
mexicana. Sin olvidar que Trump llamó “criminales, narcotraficantes y
violadores” a los mexicanos que residían en América del Norte. Al parecer no
puede ver que la población mexicana que reside en su país es el principal motor
para la economía norte americana, más del 8% de la población actual ha sacado
adelante la estabilidad de Estados Unidos. ¿Quién hace el trabajo más duro y
pesado? Los latinos, y los inmigrantes de otros países. Si no existieran, no
habría obreros que trabajaran para sus fábricas ni sus construcciones, no
habría campesinos ni agricultura, no habría trabajadoras domésticas que
limpiaran las casas y se hicieran cargos de los niños mientras los padres se
van al trabajo, no habría pesca ni jardinería.
Las acciones de Trump han sido incoherentes y fatales para
la economía, la sociedad y las relaciones políticas de su país. El 90% de la
población de ambos países no quiere a Trump en el poder, después de tantas
problemáticas que sus medidas han causado el futuro no es nada prometedor. La
mejor solución sería dar punto final a esta crisis internacional y lograr la
destitución del actual presidente a través de la presión social; si la
población mexicana se une para lograr un mismo fin, grandes cosas pueden ocurrir.
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